15/1/16

Cortar por lo sano

¿Por qué? ¿Qué extraño ente se apodera de nuestra mente y de nuestro cuerpo cuando pasamos una mala época?
Parece que la respuesta a todos nuestros males, a todos lxs gilipollas que pasan por nuestra vida es solo una... VOY A HACERME UN CAMBIO DE LOOK.

Esta decisión casi siempre viene cuando pasas una mala racha emocional, ya sea con pareja, con familia, contigo y tu autoestima...


Esto es literalmente lo que pasa en tu cerebro, tu
sentido común... no acaba bien.

Claro, en estos momentos no tienes el control de nada, ni de tu vida, ni de tus ideas, ni de tu estado emocional... después de pasarte una semana viendo películas como "Grease", "El diario de Noah" y "Dirty Dancing"... decides tomar la situación por los cuernos (los del toro o los tuyos, por que ya que los tienes, aprovechalos).

Así que te levantas del sofá una semana después, haciéndote paso a través de los tres paquetes de doce unidades de clínex que hay tirados por el suelo (no es que seas unx guarrx, es que las cajas de pizza que habías reciclado como papelera ya están llenas así que, no había otra), una vez consigues salir de todo eso, te duchas.

Está demostrado que con si pones una mascota
en tu vida, la de "El Diario de Noah" te la puedes saltar.


Dúchate, hazme caso, hueles. Tantos días llorando y alimentándote a base de comida basura pasan factura, de verdad. Normalmente nos plantamos frente al espejo y pasamos por chapa y pintura, le damos un poco de color a esa tez taciturna que se nos ha quedado y nos vestimos con nuestros mejores ropajes, porque el modelo homeless está muy bien pero no creo que sea lo mejor.

Hasta aquí todo perfecto ¿a que si? Pues la Universidad Nacional de mi Casa ha descubierto tras algunos estudios que hay un síndrome llamado "TuCortaQueVerásQueRisa" más conocida como la TCQR que afecta al 95% de las personas que deciden salir de una mala racha.

Esta bacteria afecta al sentido común de la susodicha persona y le inyecta la fatídica idea, la tan temida... "Cambia de look bonitx, que te vendrá bien".

Y tu ahí que vas a la peluquería, ese mágico lugar donde el sistema de medida se duplica y "dos dedos" pasan a ser "veinte centímetros" (aunque ese cuento nos lo suelen contar bastante, ya me entendéis) así que nos sentamos en modo diva y le decimos al peluquerx...

"TU HAZ QUE QUIERO ALGO DIFERENTE"


Tu no lo ves pero así se queda tu peluquerx.

Así que después de decir esas palabras (de las que te vas a arrepentir toda tu vida) con las que invocas al mismísimo diablo, un humo blanquecino y denso comienza a invadir ese local mientras las tijeras vuelan cortando mechones de pelo. Al principio dudas de tu decisión pero algo bueno tienen estxs profesionales; hacen que parezca que todo y absolutamente todo te queda bien.
Así que tu te vas a casa con un leve contoneo, sintiendo como tu autoestima comienza a escalar por tus medias, notas como la gente te mira y te sigue con la mirada mientras tu sonríes, le sonríes a la vida, dispuesta a comerte el mundo.

Hasta aquí, todo bien.

Pero los días van a pasar y la ducha te va a llamar, y lo sabes, sabes que en cuanto tu pelo entre en contacto con el agua cobrará vida, no podrás domarlo jamás y llorarás, llorarás muy fuerte intentando imitar ese peinado tan diva con el que saliste de la peluquería.

Siempre te pasa igual queridx... ahora llora.

Y yo te diré... LLORA. Por que siempre te pasa lo mismo, siempre, siempre, siempre.
¿Cuantas veces ha salido de tu boca la frase de... "No me corto más el pelo"? ¿Y bien? ¿Memoria selectiva? Si es que siempre es lo mismo, te invade el síndrome TCQR y acabas volviendo a la peluquería con el mismo cantinar.

Si, estas son tus neuronas afectadas por
éste fatídico síndrome.


Por que así somos, así nos enfrentamos a las cosas; cortando por lo sano.
Haciendo caso omiso a nuestras experiencias anteriores con las tijeras y los tintes, dejándonos llevar por esos amigos que te sueltan cosas como "Tía, tu hazlo, total el pelo crece".

MIRA BONITA... 

Así que si estás pasando por un mal momento, ten cuidado, no hay cura existente a este síndrome tan peligroso. Ten a mano tus películas provocadoras de llorera y bloquea todas tus tarjetas de crédito. Evita pasar por delante de peluquerías y bloquea en el whatsapp a todas tus amigas que sepan de tintes, cortes y modas.
Recuerda que no vives en Hollywood y que es muy posible que no tengas el gen diva que suelen tener todos los famosillos, que les queda todo demasiado bien. DEMASIADO he dicho.

Tan sólo me queda decirte...

¡SUERTE!


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